Charles Spurgeon
Meditaciones Mes de Mayo
1 de Mayo
"Los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles
del campo darán palmadas de aplauso." Isaías 55: 12.
Cuando el pecado es perdonado, nuestra mayor aflicción llega a su fin, y comienza
nuestra mayor complacencia. El gozo que el Señor otorga a Sus reconciliados es tal, que
desborda y llena toda la naturaleza con deleite. El mundo material contiene música
latente, y un corazón renovado sabe cómo extraerla y vocalizarla. La creación es el
órgano, y un hombre agraciado encuentra sus teclas, pone las manos sobre el teclado y
despierta al sistema entero del universo a una armonía de alabanza. Los montes y las
colinas, y otros grandiosos objetos, son, por decirlo así, los bajos del coro; mientras que
los árboles del bosque, y todas las cosas que tienen vida adoptan el aire de una canción
melodiosa.
Cuando la palabra de Dios es prosperada en medio de nosotros, y las almas son
salvadas, entonces todo parece lleno de melodías. Cuando oímos las confesiones de
jóvenes creyentes, y los testimonios de los santos bien instruidos, somos conducidos a
ser tan felices, que hemos de alabar al Señor, y entonces parecería como si las rocas y
las colinas, y los bosques y los campos, hicieran eco a nuestras notas de júbilo, y
convirtieran al mundo en una orquesta. Señor, en este feliz primero de Mayo,
condúceme afuera, a Tu mundo armonioso, tan rico en alabanzas como una alondra en
pleno canto.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
2 de Mayo
"Mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna." Gálatas 6: 8.
Da la impresión de que sembrar es un negocio perdedor, pues ponemos buena semilla
en tierra para no verla nunca más. Sembrar para el Espíritu parecería ser un asunto muy
antojadizo e ilusorio; pues nos negamos a nosotros mismos y aparentemente no
obtenemos nada a cambio. Sin embargo, si sembramos para el Espíritu por medio del
estudio de cómo vivir para Dios, y buscando obedecer la voluntad de Dios, y
entregándonos a promover Su honra, no sembraremos en vano. Vida será nuestra
recompensa, y vida eterna. Ya la gozamos aquí, cuando entramos en el conocimiento de
Dios, en la comunión con Dios, y en el gozo de Dios. Esta vida fluye como un río que
se hace cada vez más profundo y más ancho, hasta llevarnos al océano de la felicidad
infinita, donde la vida de Dios es nuestra por siempre y para siempre.
En este día no debemos sembrar para la carne, pues la cosecha será corrupción, puesto
que la carne tiende siempre en esa dirección; pero por medio de la conquista de nosotros
mismos, hemos de vivir para los fines más elevados, más puros, y más espirituales,
buscando honrar a nuestro santísimo Señor y obedeciendo a Su agraciadísimo Espíritu.
¡Qué cosecha será cuando seguemos la vida eterna! ¡Qué gavillas de bienaventuranza
sin fin serán segadas! ¡Qué festival será esa cosecha! Señor, haznos segadores de ese
tipo, por Tu Hijo Jesucristo.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
3 de Mayo
"Y cuando oigas ruido como de marcha por las copas de las balsameras, entonces te
moverás; porque Jehová saldrá delante de ti a herir el campamento de los filisteos." 2
Samuel 5: 24.
Hay señales de los movimientos del Señor que deberían movernos a nosotros. El
Espíritu de Dios sopla de donde quiere, y nosotros oímos su sonido. Entonces llegó el
momento de que estemos más activos que nunca. Debemos asir esa oportunidad de oro,
y sacarle el máximo provecho. Es responsabilidad nuestra pelear con los filisteos en
todo momento; pero cuando el propio Señor sale delante de nosotros, entonces hemos
de ser especialmente valientes en la guerra.
La brisa sacudió las copas de los árboles, y David y sus hombres tomaron esto como la
señal para una arremetida, y en su avance el Señor, Él mismo, hirió a los filisteos. ¡Oh,
que en este día el Señor nos abra una puerta para hablar de Él con muchos de nuestros
amigos! Hemos de velar para aprovechar la oportunidad esperanzadora cuando llegue.
Quién sabe si este pudiera ser un día de buenas noticias; un tiempo de ganar almas.
Debemos mantener nuestro oído abierto para oír el susurro del viento, y nuestras mentes
listas para obedecer la señal. ¿No es esta promesa: "porque Jehová saldrá delante de ti",
un estímulo suficiente para que actuemos valientemente? Puesto que el Señor sale
delante de nosotros, no nos atrevemos a retroceder.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
4 de Mayo
"Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more
en tinieblas, Jehová será mi luz." Miqueas 7: 8.
Esto podría expresar los sentimientos de un hombre o de una mujer sojuzgados y
oprimidos. Nuestro enemigo podría apagar nuestra lámpara por un tiempo. Pero hay una
esperanza segura para nosotros en el Señor, y si estamos confiando el Él, y manteniendo
firmes nuestra integridad, nuestra temporada de abatimiento y tinieblas pronto pasará.
Los insultos del enemigo son sólo momentáneos. El Señor pronto convertirá su risa en
lamentación, y nuestros suspiros en cánticos.
Aunque el gran enemigo de las almas triunfe sobre nosotros por algún tiempo, como ha
triunfado sobre hombres mejores que nosotros, cobremos ánimo, pues lo venceremos
antes de que pase mucho tiempo. Nos levantaremos de nuestra caída, pues nuestro Dios
no ha caído, y Él nos levantará. No permaneceremos en las tinieblas, aunque por un
tiempo nos sentemos en medio de ellas, pues nuestro Señor es la fuente de la luz, y
pronto nos proporcionará un día gozoso. No debemos desesperar, y ni siquiera dudar.
Una vuelta de la rueda y entonces la parte más baja estará en la parte más alta. Ay de
aquellos que se ríen ahora, pues lamentarán y llorarán cuando su jactancia sea
convertida en menosprecio eterno. Pero bienaventurados son todos los santos que lloran,
porque ellos serán divinamente consolados.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
5 de Mayo
"Jehová hará volver a tus cautivos." Deuteronomio 30: 3
El propio pueblo de Dios puede venderse a la cautividad por el pecado. Este es un fruto
muy amargo de una raíz sumamente amarga. ¡Cuán terrible es la servidumbre cuando el
hijo de Dios es vendido al pecado, es encadenado por Satanás, es privado de su libertad,
desposeído de su poder en la oración y de su deleite en el Señor! Debemos vigilar para
no caer en tal cautividad; pero si esto ya nos ha sucedido, de ninguna manera hemos de
desesperar.
Pero no podemos ser mantenidos en esclavitud por siempre. El Señor Jesucristo ha
pagado un precio demasiado alto por nuestra redención para dejarnos en mano del
enemigo. El camino a la libertad es "Vuelve a Jehová tu Dios." Allí donde encontramos
la salvación al principio, la encontraremos otra vez. Confesando el pecado al pie de la
cruz de Cristo, encontraremos perdón y liberación. Además, el Señor quiere que
obedezcamos Su voz de acuerdo a todo lo que nos ha mandado, y debemos hacer esto
con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma, y entonces nuestra cautividad
terminará.
Con frecuencia, la depresión de espíritu y un gran abatimiento del alma son quitados tan
pronto abandonamos nuestros ídolos y nos inclinamos en obediencia delante del Dios
vivo. No necesitamos ser cautivos. Podemos retornar a la ciudadanía de Sion, y
podemos hacerlo rápidamente. ¡Señor, haz volver a Tus cautivos!
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
6 de Mayo
"No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová
todo el tiempo; porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada."
Proverbios 23: 17, 18.
Cuando vemos prosperar a los malvados, somos propensos a envidiarlos. Cuando oímos
el ruido de su júbilo, y nuestro propio espíritu está decaído, casi llegamos a pensar que
ellos se llevan la mejor parte. Esto es insensato y pecaminoso. Si los conociésemos
mejor, y especialmente si recordáramos su fin, les tendríamos lástima.
El remedio para la envidia radica en una vida bajo un constante sentido de la presencia
divina, adorando a Dios y teniendo comunión con Él a lo largo de todo el día,
independientemente de cuán largo parezca el día. La verdadera religión levanta al alma
a una región más elevada, donde el juicio se torna más claro y los deseos son más
elevados. Entre más porción de cielo haya en nuestras vidas, menos porción de la tierra
ambicionaremos. El temor de Dios echa fuera la envidia de los hombres.
El golpe mortal para la envidia es una calmada consideración del futuro. La riqueza y la
gloria de los impíos son un vano espectáculo. Esa apariencia pomposa destella durante
una hora, y luego se extingue. ¿En qué estará mejor el próspero pecador por su
prosperidad cuando le sobrevenga el juicio? En cuanto al hombre piadoso, su fin es paz
y bienaventuranza y nadie podría robarle su gozo; por tanto, el hombre piadoso ha de
renunciar a la envidia, y ha de llenarse de dulce contentamiento.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
7 de Mayo
"Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que Jehová se aparte del ardor de
su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró
a tus padres." Deuteronomio 13: 17.
Israel debía sojuzgar a las ciudades idólatras, y debía destruir todo el despojo de todo lo
que había sido contaminado por la idolatría, como un anatema que debía ser quemado
con fuego. Ahora, el pecado, cualquiera que sea, debe ser tratado por los cristianos de la
misma forma. No debemos permitir que permanezca ni un solo hábito pernicioso. Ahora
es guerra a muerte con los pecados de todo tipo y tamaño, ya sean del cuerpo, de la
mente o del espíritu. No consideramos que esta renuncia del mal merezca misericordia,
sino que la vemos como un fruto de la gracia de Dios, que de ninguna manera nos
perderíamos.
Cuando Dios nos conduce a ser inmisericordes con nuestros pecados, entonces Él tiene
gran misericordia de nosotros. Cuando estamos airados con el mal, Dios no está más
airado con nosotros. Cuando multiplicamos nuestros esfuerzos en contra de la iniquidad,
el Señor multiplica nuestras bendiciones. El camino de la paz, del crecimiento, de la
seguridad y del gozo en Cristo Jesús, será encontrado cuando sigamos estas palabras:
"No se pegará a tu mano nada del anatema." Señor, purifícame en este día. Compasión,
prosperidad, crecimiento y gozo serán otorgados en verdad a quienes repudian el pecado
con solemne determinación.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
8 de Mayo
"Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo." Mateo 20: 7.
Sí, hay trabajo para cuerpos envejecidos en la viña de Cristo. Es la hora undécima, y,
sin embargo, Él nos permitirá trabajar. ¡Qué grandiosa gracia es esta! ¡Ciertamente toda
persona anciana debería apresurarse a aceptar esta invitación! Cuando los hombres
tienen una edad avanzada nadie los quiere como trabajadores; van de taller en taller, y
los patronos miran sus cabellos grises y menean su cabeza. ¡Pero Jesús contrata a la
gente vieja, y les da también buenos salarios! Esto es verdadera misericordia. Señor,
ayuda a los edad avanzada a alistarse en Tu servicio sin demora ni siquiera de una hora.
¿Pero pagará salarios el Señor a viejos individuos cansados? No lo dudes. Él dice que te
dará lo que sea justo si trabajas en Su viña. Él en verdad te dará gracia aquí y gloria en
el más allá. Él concederá alivio presente y descanso futuro; la fuerza que necesites en tu
día, y una visión de gloria cuando la noche de la muerte llegue. Todas estas cosas dará
el Señor muy libremente tanto al convertido de edad avanzada como al que entra a Su
servicio en su juventud.
He de decir esto a algún anciano o anciana que no sean salvos, y pedirle al Señor que
bendiga mis palabras, por el Señor Jesús. ¿Dónde puedo encontrar a ese tipo de
personas? Estaré buscándolas atentamente, para decirles amablemente las nuevas.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
9 de Mayo.
"Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos
confiado." Salmo 33: 21.
La raíz de la fe produce la flor del gozo del corazón. Tal vez al principio no nos
regocijemos, pero llega a su debido tiempo. Confiamos en el Señor cuando estamos
tristes, y en su debido momento, Él responde de tal manera a nuestra confianza que
nuestra fe se logra cumplidamente y nosotros nos regocijamos en el Señor. La duda
engendra zozobra, pero la confianza significa gozo a la larga.
La seguridad expresada por el Salmista en este versículo, es realmente una promesa
entregada en las manos de la santa confianza. Oh que recibamos gracia para apropiarnos
de ella. No obstante que no nos regocijemos en este momento, lo haremos, tan
ciertamente como que el Dios de David es nuestro Dios.
Debemos meditar en el santo nombre del Señor, para que podamos confiar más en Él y
para que podamos regocijarnos más prestamente. Él es en carácter santo, justo,
verdadero, misericordioso, fiel e inmutable. ¿Acaso no hemos de confiar en un Dios así?
Él es omnisciente, todopoderoso y omnipresente; ¿no podemos confiar en Él
alegremente? Sí, eso haremos de inmediato, y lo haremos sin reservas. Jehová-jireh
proveerá, Jehová-salom enviará la paz, Jehová-tsidkenu justificará, Jehová-sama estará
por siempre cerca, y en Jehová-nisi venceremos a cualquier enemigo. Quienes conocen
Tu nombre confiarán en Ti; y quienes confíen en Ti se regocijarán en Ti, oh Señor.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
10 de Mayo
"De manera que podemos decir confiadamente: el Señor es mi ayudador; no temeré lo
que me pueda hacer el hombre." Hebreos 13: 6.
Debido a que el Señor nunca nos dejará ni nos abandonará, hemos de estar muy
contentos con las cosas que tenemos. Puesto que el Señor es nuestro, no nos podemos
quedar sin ningún amigo, sin ningún tesoro y sin ninguna morada. Esta seguridad debe
hacernos sentir que somos muy independientes de los hombres. Contando con tal
amparo, no nos sentimos tentados a amedrentarnos delante de nuestros semejantes, ni a
pedirles permiso para considerar a nuestras vidas como nuestras propias vidas; por el
contrario, lo que decimos, lo decimos valerosamente, y desafiamos la contradicción.
El que teme a Dios no tiene nada más que temer. Hemos de vivir en tal temor del Dios
vivo, que todas las amenazas que pudieran ser usadas por el más altivo perseguidor no
deberían tener más efecto en nosotros que el silbido del viento. El hombre en estos días
no puede hacer tanto en contra nuestra como lo que podía hacer cuando el apóstol
escribió el versículo que encabeza esta reflexión. El potro de tormento y la hoguera
están fuera de moda. El Gigante llamado el Papa no puede quemar a los peregrinos
ahora. Si los seguidores de falsos maestros intentan la cruel burla y el escarnio, no nos
sorprendemos por ello, pues los hombres de este mundo no pueden amar a la simiente
celestial. ¿Qué pasa entonces? Debemos soportar el escarnio del mundo. El escarnio no
quiebra ningún hueso. Con la ayuda de Dios, seamos valerosos, y cuando el mundo se
enfurezca, que lo haga, pero no debemos tenerle miedo.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
11 de Mayo
"Gad, ejército lo acometerá; mas él acometerá al fin." Génesis 49: 19.
Algunos de nosotros hemos sido como la tribu de Gad. Por un tiempo nuestros
adversarios fueron demasiado numerosos para nosotros, y vinieron en contra nuestra
como una tropa. Sí, y por un tiempo nos acometieron y mostraron gran exultación por
causa de su victoria temporal. Con eso únicamente demostraron que la primera parte de
la herencia familiar es nuestra realmente, pues el pueblo de Cristo, como Dan, será
acometido por una tropa. Ser acometido es muy doloroso, y habríamos desesperado, si
no hubiésemos creído por fe, en la segunda parte de la bendición de nuestro padre, "él
acometerá al fin." "Bien está lo que bien acaba", dijo el poeta del mundo; y dijo la
verdad. Una guerra ha de ser juzgada, no por los primeros éxitos o reveses, sino por lo
que ocurre "al fin". El Señor dará la victoria a la verdad y a la justicia "al fin"; y, como
dice el señor Bunyan, eso quiere decir para siempre, pues nada puede sobrevenir
después del fin.
Lo que necesitamos es una paciente perseverancia en hacer el bien, y una tranquila
confianza en nuestro glorioso Capitán. Cristo, nuestro Señor Jesús, quiere enseñarnos
Su arte santa de poner nuestros rostros como un pedernal para completar nuestra obra o
para atravesar nuestro sufrimiento hasta que podamos decir: "consumado es." Aleluya.
¡Victoria! ¡Victoria! Nosotros creemos en la promesa. "Él acometerá al fin."
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
12 de Mayo
"Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor,
tendrá honra." Proverbios 27: 18.
El que vela por la higuera, recibe higos a cambio de sus preocupaciones, y el que mira
por los intereses de un buen señor, recibe honor como recompensa. Verdaderamente el
Señor Jesús es el mejor de todos los señores, y es un honor que se le permita a alguien
hacer el más nimio acto por Su causa. Servir a ciertos señores es como velar por
manzanos silvestres y comer manzanas amargas como salario; pero servir a mi Señor
Jesús es cuidar una higuera que produce los más dulces higos. Su servicio es en sí
mismo un deleite, la continuación de ese servicio es una promoción, y el éxito en ese
servicio es la bendición aquí abajo, y la recompensa por ese servicio es la gloria arriba.
Nuestros más grandes honores serán recogidos en aquel tiempo cuando los higos estén
maduros, en el mundo venidero. Los ángeles que son ahora nuestros servidores nos
llevarán a casa cuando nuestro día de trabajo hubiere concluido. El cielo donde está
Jesús, será nuestra honorable mansión, la eterna bienaventuranza será nuestra honorable
porción, y el propio Señor será nuestro honorable compañero. ¿Quién podría imaginar el
pleno significado de esta promesa: "el que mira por los intereses de su señor, tendrá
honra"?
Señor, ayúdame a mirar por los intereses de mi Maestro. Haz que deje toda idea de
honor para la hora cuando Tú mismo me honrarás. ¡Que Tu Santo Espíritu me convierta
en un obrero y un servidor humilde y paciente!
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
13 de Mayo
"Y le daré la estrella de la mañana." Apocalipsis 2: 28.
Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, ¡qué bendición es ver en Jesús a "la
estrella de la mañana"! Recuerdo cuando leímos en los periódicos la ociosa historia de
que la estrella de Belén había aparecido de nuevo. Al investigar descubrimos que era
únicamente "la estrella de la mañana"; pero, después de todo, no se había cometido un
grave error.
Es mejor ver a Jesús como el sol; pero cuando no podemos hacerlo, lo segundo mejor es
verlo como la estrella que profetiza el día, y muestra que la luz eterna está cerca a la
mano. Si yo no soy hoy todo lo que deseo ser, sin embargo, veo a Jesús, y eso me
asegura que un día seré como Él. Ver a Jesús por fe, es la garantía de contemplarlo en
Su gloria y de ser transformado en Su imagen. Si no tengo en esta hora toda la luz y el
gozo que podría desear, sé que los tendré, pues tan ciertamente como veo la estrella de
la mañana, veré el día. La estrella de la mañana nunca está lejos del sol.
Vamos, alma mía, ¿te ha dado el Señor la estrella de la mañana? ¿Sostienes firmemente
esa verdad, esa gracia, esa esperanza y ese amor que el Señor te ha dado? Entonces, en
esto, tienes el amanecer de la gloria venidera. Quien te hace vencer al mal y perseverar
en justicia, te ha dado en ello la estrella de la mañana.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
14 de Mayo
"Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará."
Oseas 6: 1.
El modo de actuar del Señor es arrebatar antes de sanar. Este es el honesto amor de Su
corazón, y la certera cirugía de Su mano. Él también hiere antes de vendar, pues de lo
contrario sería una obra incierta. La ley precede al Evangelio; el sentido de necesidad
precede a la satisfacción de esa necesidad. ¿Está el lector bajo la convincente y
estrujadora mano del Espíritu? ¿Ha recibido el espíritu de esclavitud para temer otra
vez? Esta es una saludable situación preliminar para recibir realmente salud y curación
del Evangelio.
No desesperes, querido corazón, sino acude presuroso al Señor con todas tus
espeluznantes heridas, tus moretones, y tus llagas supurantes. Únicamente Él puede
sanar, y se deleita en hacerlo. El oficio de nuestro Señor es vendar el corazón
quebrantado, y lo hace con extrema maestría. No nos demoremos, sino que debemos
regresar de inmediato al Señor del que nos hemos alejado. Mostrémosle nuestras heridas
abiertas, y supliquémosle que reconozca Su propia obra y que la complete. ¿Acaso un
cirujano hace una incisión y luego abandona al paciente para que sangre hasta su
muerte? ¿Acaso el Señor derribará nuestra vieja casa, y luego rehusará construir una
mejor casa para nosotros? ¿Acaso Tú incrementas desconsideradamente la miseria de
las pobres almas ansiosas? Lejos de Ti el hacer tal, oh Dios.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
15 de Mayo
"Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre." Salmo 91: 14.
¿Me dice el Señor esto a mí? Sí, si he conocido Su nombre. Bendito sea el Señor porque
no soy un extraño para Él. Lo he probado, y lo he experimentado, y lo he conocido, y,
por tanto, yo en verdad confío en Él. Conozco Su nombre como un Dios que odia el
pecado, pues por el poder convincente de Su Espíritu, he aprendido que Él nunca
tolerará el mal. Pero también lo conozco como el Dios que perdona el pecado en Cristo
Jesús, pues Él me ha perdonado todas las ofensas. Su nombre es fidelidad, y yo lo sé,
pues Él nunca me ha abandonado aunque mis tribulaciones se hayan multiplicado sobre
mí.
Este conocimiento es un don de la gracia, y el Señor lo convierte en la razón por la que
Él concede otro don de la gracia, es decir, poner en alto. Esto es gracia sobre gracia.
Observemos que si subimos a lo alto, la posición podría ser peligrosa; pero si el Señor
nos pone allí, es segura. Él nos puede levantar a una gran utilidad, a una experiencia
eminente, al éxito en el servicio, al liderazgo entre los obreros, al lugar de un padre
entre los pequeñitos. Si no hiciera esto, podría ponernos en alto por medio de una
comunión cercana, un claro discernimiento, un santo triunfo, y una agraciada
anticipación de la gloria eterna. Cuando Dios nos pone en alto, Satanás mismo no puede
derribarnos. ¡Oh, que este sea nuestro caso a lo largo de todo este día!
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
16 de Mayo
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia." Mateo
5: 7.
No es bueno que el hombre que no quiera perdonar sea perdonado, y que quien no
quiera dar a los pobres vea sus propias necesidades subsanadas. Dios nos medirá con
nuestra propia medida, y aquellos que han sido duros señores y duros acreedores,
descubrirán que el Señor tratará duramente con ellos. "Porque juicio sin misericordia se
hará con aquel que no hiciere misericordia."
En este día, tratemos de dar y de perdonar. Hemos de ocuparnos en estos dos verbos:
tolerar y soportar. Hemos de ser amables, y benévolos y tiernos. No malinterpretemos la
conducta de los demás, ni impongamos onerosos contratos, ni iniciemos insensatas
querellas, ni seamos demasiado exigentes. Ciertamente deseamos ser bendecidos, y
también necesitamos obtener misericordia: seamos misericordiosos para que
alcancemos misericordia. Cumplamos con la condición, para que recibamos la
bienaventuranza. ¿Acaso no es un deber agradable ser amable? ¿Acaso no hay mucho
más dulzura en eso que en estar enfadados y ser mezquinos? Vamos, ¡hay una beatitud
en la cosa misma! Además, la obtención de misericordia es una rica recompensa.
¿Quién, con la excepción de la gracia soberana, podría sugerir una promesa como esta?
Nosotros somos misericordiosos a nuestros semejantes mortales en cosas de centavos, y
el Señor nos perdona "toda aquella deuda".
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
17 de Mayo
"Mas los perfectos heredarán el bien." Proverbios 28: 10
El Libro de Proverbios es también un Libro de Promesas. Las promesas deben ser
proverbios para el pueblo de Dios. Esta promesa es muy notable. Estamos
acostumbrados a pensar en nuestras buenas cosas como reversibles, pero aquí se nos
dice que las tendremos en posesión.
Ni toda la malicia y la astucia de nuestros enemigos pueden obrar nuestra destrucción:
ellos caerán en el hoyo que han cavado. Nuestra herencia está tan vinculada a nosotros
que no seremos privados de ella, ni seremos desviados del camino como para no
encontrarla.
Pero, ¿qué tenemos ahora? Tenemos una conciencia tranquila por medio de la sangre
preciosa de Jesús. Tenemos el amor de Dios fijado en nosotros más allá de todo cambio.
Tenemos poder con Dios en la oración, en todo tiempo de necesidad. Tenemos la
providencia de Dios que nos vigila, los ángeles de Dios que nos ministran, y, sobre
todo, el Espíritu de Dios que mora en nosotros. De hecho, todas las cosas son nuestras:
"Sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro." Jesús es nuestro. Sí, la divina
Trinidad en Unidad es nuestra. Aleluya. No debemos desfallecer ni gemir, ni escatimar
ni trabajar como esclavos, puesto que tenemos la posesión de cosas buenas. Vivamos de
nuestro Dios y regocijémonos en Él todo el día. ¡Ayúdanos, oh Espíritu Santo!
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
18 de Mayo
"Y os restituiré los años que comió la oruga." Joel 2: 25.
Sí, esos años desperdiciados por cuya causa suspiramos, nos serán restaurados. Dios
puede darnos una gracia tan abundante, que, en lo que resta de nuestros días, podremos
acumular un servicio que compense todos aquellos años de impiedad, por los que
gemimos en humilde penitencia.
Las orugas de la rebeldía, de la mundanalidad y de la tibieza, son ahora vistas por
nosotros como una terrible plaga. ¡Oh, que nunca se nos hubieran acercado! El Señor,
en Su misericordia, las ha eliminado de nosotros, y estamos llenos de celo por servirle.
Bendito sea Su nombre porque podremos levantar tales cosechas de gracias espirituales,
que harán que nuestra esterilidad anterior desaparezca. Por medio de una copiosa gracia,
podremos sacar provecho de nuestra amarga experiencia y usarla para advertir a otros.
Debido a nuestras deficiencias anteriores, podremos quedar más arraigados en la
humildad, en la dependencia infantil y en la espiritualidad penitente. Si nos volvemos
más vigilantes, celosos y tiernos, ganaremos por causa de nuestras lamentables
pérdidas. Los años desperdiciados pueden ser restaurados por un milagro de amor. ¿Les
parece una bendición demasiado grande? Creamos en eso y vivamos para eso y todavía
podremos realizarlo, así como Pedro se volvió un hombre mucho más útil después de
que su presunción fue curada por su manifiesta debilidad. Señor, ayúdanos por Tu
gracia.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
19 de Mayo
"Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás;
y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú
no te conviertas a ellos." Jeremías 15: 19.
¡Pobre Jeremías! Pero, ¿por qué decimos eso? El profeta llorón fue uno de los siervos
más especiales de Dios, y fue honrado por Él por encima de muchos. Jeremías era
odiado por decir la verdad. La palabra que era muy dulce para él, era amarga para sus
oyentes; sin embargo Jeremías era aceptado por su Señor. Se le había ordenado que
permaneciera siendo fiel, y entonces el Señor continuaría hablando por medio de
Jeremías. Tenía que tratar valerosa y fielmente con los hombres, y llevar a cabo el
trabajo de limpieza del Señor en relación a los profesantes de su día, y entonces el Señor
le dio esta palabra: "Serás como mi boca."
¡Cuán grande honor! ¿Acaso no debería ambicionarlo cada predicador, sí, cada
creyente? ¡Qué maravilla es que Dios hable por nosotros! Expondremos una verdad
segura y pura, y la diremos con poder. Nuestra palabra no regresará vacía; será una
bendición para aquellos que la reciban, y quienes la rechacen lo harán bajo su propio
riesgo. Nuestros labios alimentarán a muchos. Despertaremos a los que duermen y
llamaremos a vida a los muertos.
Oh, querido lector, ora para que esto suceda con el que escribe estas líneas, y con todos
los siervos enviados por nuestro Señor.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
20 de Mayo
"Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce,
y cerrojos de hierro haré pedazos." Isaías 45: 2.
Esto estaba dirigido a Ciro; pero es para siempre la herencia de todos los propios siervos
espirituales del Señor. Sólo hemos de seguir adelante por fe, y nuestro camino será
allanado para nosotros. Las torceduras y las curvas de la astucia humana y de la sutileza
satánica serán enderezadas para nosotros; no necesitaremos pisar sus tortuosos
recovecos. Las puertas de bronce serán quebrantadas, y los cerrojos de hierro que las
aseguran serán hechos pedazos. No necesitaremos arietes ni barras de hierro: el propio
Señor hará lo imposible por nosotros, y lo inesperado será un hecho.
No hemos de quedarnos paralizados, sumidos en un miedo cobarde. Hemos de
esforzarnos en el sendero del deber, pues el Señor lo ha dicho: "Yo iré delante de ti".
No nos corresponde a nosotros razonar por qué; nuestra responsabilidad es atrevernos y
proseguir adelante. Es la obra del Señor, y Él nos habilitará para llevarla a cabo: todos
los impedimentos habrán de ceder delante de Él. ¿Acaso no ha dicho: "Quebrantaré
puertas de bronce"? ¿Qué cosa podría obstaculizar Su propósito o frustrar Sus decretos?
Aquellos que sirven a Dios tienen infinitos recursos. El camino está allanado para la fe
aunque esté trancado para la fuerza humana. Cuando Jehová dice: "Yo haré", como lo
hace dos veces en esta promesa, no nos atrevemos a dudar.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
21 de Mayo
"Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán." Eclesiastés 11: 3.
¿Por qué, entonces, sentimos miedo de las nubes que oscurecen ahora nuestro
firmamento? Es verdad que por un momento ocultan al sol, pero el sol no se ha
apagado; brillará de nuevo en breve. Mientras tanto, esas nubes negras están llenas de
lluvia; y entre más negras estén, más probablemente derramarán una abundante lluvia.
¿Cómo podríamos tener lluvia sin nubes?
Nuestros problemas siempre nos han acarreado bendiciones, y siempre lo harán. Son los
carruajes negros de la gracia resplandeciente. Estas nubes se vaciarán dentro de poco, y
toda la tierna hierba estará jubilosa por la lluvia. Puede ser que el Señor nos remoje con
aflicción, pero no nos ahogará con ira; más bien, Él nos refrescará con misericordia. Las
cartas de amor de nuestro Señor, nos llegan a menudo en sobres con bordes negros. Sus
carruajes avanzan con estruendo, pero están cargados de beneficios. Su vara florece con
tiernas flores y frutos nutritivos. No hemos de preocuparnos de las nubes, sino que
debemos cantar porque nos son entregadas las flores de Mayo gracias a las nubes y a las
lluvias de Abril.
¡Oh Señor, las nubes son el polvo de Tus pies! ¡Cuán cerca estás Tú en el día nublado y
oscuro! El amor te contempla, y se alegra. La Fe ve que las nubes se vacían y alegran a
los pequeños montes por doquier.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
22 de Mayo
Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis
enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra." Salmo 138: 7.
Desdichado es andar en medio de la angustia. No, es un bendito andar, puesto que hay
una promesa especial para ese andar. Si cuento con una promesa, entonces, ¿cuál es el
problema? ¿Qué es lo que aquí me enseña el Señor? Pues me enseña esto: "Tú me
vivificarás." Tendré más vida, más energía, más fe. ¿Acaso no sucede con frecuencia
que la angustia nos vivifica como una bocanada de aire fresco, cuando uno está a punto
de desfallecer?
¡Cuán airados están mis enemigos y especialmente el archienemigo! ¿Extenderé mi
mano para luchar con mis enemigos? No, mi mano está mejor empleada cuando sirve a
mi Señor. Además, no tengo necesidad de extenderla, pues el Señor usará Su brazo que
tiene largo alcance, y Él tratará con mis enemigos mucho mejor de lo que yo lo haría si
lo intentara. "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor." Él me salvará con Su
propia diestra de poder y sabiduría, ¿y qué más podría desear?
Vamos, corazón mío, repite para ti mismo esta promesa hasta que puedas usarla como el
himno de tu confianza y el solaz de tu soledad. Pide para que tú mismo seas vivificado,
y dejes todo lo demás al Señor, que hace todo por ti.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
23 de Mayo
"Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le
socorra." Salmo 72: 12.
El menesteroso clama; ¿qué otra cosa podría hacer? Su clamor es oído por Dios; ¿qué
otra cosa necesitaría hacer? El lector menesteroso necesita ponerse a clamar de
inmediato, pues esto será su sabiduría. No clames a los oídos de amigos, pues incluso si
pudieran ayudarte sería únicamente debido a que el Señor los capacita para ayudarte. La
ruta más rápida es acudir directamente a Dios, y hacer que tu clamor suba delante de Él.
La línea recta permite correr mejor: corre al Señor, y no acudas a las causas secundarias.
"¡Ay!", -clamas- "no tengo ni amigos ni ayudadores". Es mucho mejor así; puedes
apoyarte en Dios bajo ambas carencias: sin provisiones y sin ayudadores. Haz de tu
doble necesidad tu doble súplica. Incluso en lo relativo a las misericordias temporales
puedes esperar en Dios, pues Él se preocupa por Sus hijos en estos asuntos temporales.
En cuanto a las necesidades espirituales, que son las más abrumadoras de todas, el
Señor oirá tu clamor, y te liberará y te abastecerá.
Oh, amigo pobre, prueba a tu Dios rico. Oh, tú que eres desvalido, apóyate en Su ayuda.
Él nunca me ha fallado, y estoy seguro de que nunca te fallará. Acude como un
mendigo, y Dios no rehusará darte ayuda. Ven sin otro argumento que Su gracia. Jesús
es Rey, ¿acaso te dejará perecer por causa de tu necesidad? ¡Cómo! ¿Olvidaste esto?
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
24 de Mayo
Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por
vosotros, como él os dijo." Josué 23: 10.
¿Para qué contar las cabezas? Un hombre que está con Dios es mayoría aunque hubiere
mil en el bando contrario. Algunas veces nuestros ayudadores podrían ser demasiados
para que Dios obre por medio de ellos, como sucedió con Gedeón, que no pudo hacer
nada hasta no haber incrementado sus fuerzas gracias a que disminuyó sus números.
Pero el ejército del Señor nunca es demasiado pequeño. Cuando Dios quiso fundar una
nación, llamó únicamente a Abram y le bendijo. Cuando quiso vencer al altivo Faraón,
no usó ningún ejército, sino únicamente a Moisés y a Aarón. El "ministerio de un solo
hombre", según lo llaman ciertos sabios, ha sido usado mucho más por el Señor, que
grupos entrenados con sus oficiales. ¿Acaso todos los israelitas juntos mataron a tantos
filisteos como lo hizo Sansón solo? Saúl y sus ejércitos hirieron a sus miles, y David a
sus diez miles.
El Señor puede dar amplias ventajas al enemigo y a pesar de ello vencerlo. Si tenemos
fe, tenemos a Dios con nosotros, y, entonces, ¿qué son las multitudes de hombres? Un
perro pastor puede pastorear un gran rebaño de ovejas. Si el Señor te envía, oh hermano
mío, Su fuerza alcanzará Su propósito divino. Por tanto, descansa en la promesa, y sé
valiente.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
25 de Mayo
"Te abrirá Jehová su buen tesoro." Deuteronomio 28: 12.
Esto se refiere primero a la lluvia. Él Señor la dará a su tiempo. La lluvia es el emblema
de todos esos refrigerios celestiales que el Señor está presto a otorgar a Su pueblo. ¡Oh,
que tengamos una lluvia copiosa que refresque la herencia del Señor!
Pareciera que pensamos que la tesorería de Dios únicamente puede ser abierta por un
gran profeta como Elías, pero no es así, pues esta promesa es para todos los fieles de
Israel, y, en verdad, para cada uno de ellos. Oh amigo creyente, "Te abrirá Jehová su
buen tesoro." Tú también puedes ver el cielo abierto, y meter tu mano y tomar tu
porción, sí, y una porción para todos tus hermanos a tu alrededor. Pide lo que quieras, y
no te será negado, si permaneces en Cristo, y Sus palabras permanecen en ti.
Todavía no has conocido todos los tesoros de tu Señor, pero Él los abrirá para tu
entendimiento. Ciertamente todavía no has gozado la plenitud de las riquezas del pacto,
pero Él dirigirá tu corazón hacia Su amor, y revelará a Jesús en ti. Únicamente el propio
Señor puede hacer esto por ti; pero aquí está Su promesa, y si escuchas diligentemente
Su voz, y obedeces Su voluntad, Sus riquezas serán tuyas en la gloria por Cristo Jesús.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
26 de Mayo
"Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas." Éxodo 23:
25.
¡Qué promesa es esta! Servir a Dios, en sí mismo, es un excelso deleite. Pero ¡qué
inmenso privilegio es que la bendición del Señor descanse sobre nosotros en todas las
cosas! Nuestras cosas más comunes se vuelven benditas cuando nosotros mismos somos
consagrados al Señor. Nuestro Señor Jesús tomó el pan y lo bendijo; he aquí, nosotros
también comemos del pan bendito. Jesús bendijo el agua y la convirtió en vino: el agua
que bebemos es mucho mejor para nosotros que cualquier vino con el que los hombres
celebran; cada gota contiene una bendición. La bendición divina está en el hombre de
Dios en todo, y permanecerá con él en todo momento.
¡Qué importa si sólo contamos con pan y agua! Pues se trata de pan y agua benditos.
Pan y agua tendremos. Esto está implícito, pues tienen que estar allí para que el Señor
los bendiga. "Se te dará tu pan, y tus aguas serán seguras." Con Dios a nuestra mesa, no
solamente pedimos una bendición, sino que tenemos una. No es sólo en el altar, sino
también en la mesa, que Él nos bendice. Él sirve bien a quienes le sirven bien. Esta
bendición de la mesa no es por deuda, sino por gracia. En verdad, hay una gracia triple:
Él nos concede gracia para servirle, por Su gracia nos alimenta con pan, y luego, en Su
gracia lo bendice.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
27 de Mayo
"Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin
fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo." 2 Pedro 1: 8.
Si deseamos glorificar a nuestro Señor con muchos frutos, hemos de poseer ciertas
cosas dentro de nosotros, pues nada puede salir de nosotros que no esté previamente
dentro de nosotros. Debemos comenzar con la fe, que es el fundamento de todas las
virtudes; y luego añadir diligentemente a la fe virtud, conocimiento, dominio propio y
paciencia. Junto a todas ellas, hemos de tener piedad y afecto fraternal. Todas estas
cosas juntas nos conducirán a producir con toda certeza, como fruto de nuestra vida, los
racimos de la utilidad, y no seremos meros conocedores ociosos, sino hacedores reales
de la palabra. Estas cosas santas no solamente han de estar en nosotros, sino que han de
abundar, o seremos estériles. El fruto es el derramamiento de la vida, y hemos de estar
llenos antes de que podamos desbordar.
Hemos observado a algunos hombres de considerables dotes y oportunidades que nunca
han tenido éxito en hacer un bien real en la conversión de las almas; y después de un
diligente escrutinio hemos concluido que carecían de ciertas gracias que son
absolutamente esenciales para dar fruto. Las gracias de una utilidad real son mejores
que los dones. Según es el hombre, así es su trabajo. Si queremos tener mayor utilidad,
debemos ser mejores. Este texto debe ser una delicada insinuación para los profesantes
estériles, y para mí también.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
28 de Mayo
"Y tú has dicho: Yo te haré bien." Génesis 32: 12.
Esta es la vía segura de prevalecer con el Señor en la oración: podemos recordarle
humildemente lo que Él ha dicho. Nuestro Dios fiel nunca se retractará de Su palabra, ni
la dejará sin cumplimiento; sin embargo, Él quiere que Su pueblo le pida y le recuerde
Su promesa. Esto es un refrigerio para la memoria del pueblo, es un avivamiento a su fe,
y una renovación de su esperanza. La palabra de Dios es dada, no para Su beneficio,
sino para el nuestro. Sus propósitos están establecidos, y no necesita nada que lo
obligue a Su designio de hacer el bien a Su pueblo; pero Él da la promesa para nuestro
fortalecimiento y consuelo. Por esta razón Él desea que argumentemos la promesa, y
que le digamos: "Tú has dicho."
"Yo te haré bien" es justamente la esencia de todos los dichos misericordiosos del
Señor. Hay un especial énfasis en la certeza. Él nos hará bien, un bien real, un bien
duradero, sólo el bien y toda clase de bien. Nos hará bien, y esto es hacernos bien en el
grado más alto posible. Él nos tratará como lo hace con los santos mientras estemos
aquí, y eso es el bien. Pronto nos llevará para que estemos con Jesús y con todos Sus
elegidos, y eso es un bien supremo. Con esta promesa en nuestros corazones, no hemos
de temer al airado Esaú, ni a nadie más. Si el Señor nos hará bien, ¿quién podría
hacernos daño?
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
29 de Mayo
"Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres."
Marcos 1: 17.
Únicamente viniendo en pos de Jesús podemos obtener el deseo de nuestro corazón, y
ser realmente útiles para nuestros semejantes. ¡Oh, cómo anhelamos ser pescadores
exitosos para Jesús! Quisiéramos sacrificar nuestras vidas para ganar almas. Pero somos
tentados a probar métodos que Jesús nunca habría probado. ¿Cederemos ante esta
sugerencia del enemigo? Si así fuera, podríamos chapotear en el agua, pero no
sacaríamos nunca ningún pez. Hemos de ir en pos de Jesús si queremos tener éxito. Los
métodos sensacionalistas, los entretenimientos, y cosas parecidas: ¿implica todo esto ir
en pos de Jesús? ¿Podemos imaginar al Señor atrayendo una congregación mediante
tales medios como los que son usados ahora comúnmente? ¿Cuál es el resultado de tales
recursos? El resultado no es nada que Jesús tomará en cuenta en el último gran día.
Hemos de apegarnos a nuestra predicación como lo hizo nuestro Maestro, pues por este
medio, las almas son salvadas. Debemos predicar la doctrina de nuestro Señor, y
proclamar un Evangelio completo y libre; pues esta es la red en las que las almas serán
pescadas. Debemos predicar con Su benignidad, valor, y amor; pues este el secreto del
éxito con los corazones de los hombres. Hemos de trabajar bajo la unción divina,
dependiendo del sagrado Espíritu. Así, viniendo en pos de Jesús, y no corriendo delante
de Él, ni junto a Él, seremos pescadores de hombres.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
30 de Mayo
"Y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo." Mateo 26: 64
¡Ah, Señor, Tú estabas en Tu estado de mayor humillación cuando fuiste presentado
como un criminal delante de Tus perseguidores! Sin embargo, los ojos de Tu fe podían
ver más allá de Tu presente humillación, hasta la gloria futura. ¡Qué palabras son estas:
"Y además os digo, que desde ahora"! Yo quisiera imitar Tu visión anticipada, y en
medio de la pobreza, o de la enfermedad, o de la calumnia, que pudiera decir: "y
además os digo, que desde ahora". En lugar de debilidad, Tú tienes todo el poder; en
vez de vergüenza, tienes toda la gloria; en vez de escarnio, tienes toda la adoración. Tu
cruz no ha disminuido el esplendor de Tu corona, ni la saliva ha estropeado la belleza de
Tu rostro. Más bien, Tú eres más exaltado y honrado por causa de Tus sufrimientos.
Por tanto, Señor, yo quiero cobrar valor a partir del "desde ahora". Quiero olvidar la
presente tribulación recordando el triunfo futuro. Ayúdame, conduciéndome al amor de
Tu Padre y a Tu propia paciencia, de tal forma que cuando sea escarnecido por Tu
nombre, no sea bamboleado, sino que piense más y más en el "desde ahora", y, por
tanto, piense menos en el hoy. Pronto estaré contigo y contemplaré Tu gloria. Por lo
tanto, no estoy avergonzado, sino que digo en lo íntimo de mi alma: "Y además os digo,
que desde ahora".
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
31 de Mayo
"En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." Juan 16: 33.
Las palabras de mi Señor son ciertas en lo relativo a la tribulación. Yo tengo mi porción
de tribulación más allá de toda duda. El trillo no está colgado fuera del alcance, ni
puedo esperar que sea guardado mientras yo permanezca en la era. ¿Cómo podría
esperar sentirme en casa en el país del enemigo, o gozoso mientras estoy en el exilio, o
confortable en un desierto? Este no es mi reposo. Este es el lugar del horno, y de la
forja, y del martillo. Mi experiencia concuerda con las palabras de mi Señor.
Observo cómo me ordena que "tenga buen ánimo". ¡Ay!, yo soy demasiado propenso a
estar abatido. Mi espíritu se abate pronto cuando soy severamente afligido. Pero no
debo ceder ante este sentimiento. Cuando el Señor me ordena que tenga ánimo, no he de
atreverme a estar abatido.
¿Cuál es el argumento que Él utiliza para alentarme? Pues es Su propia victoria. Él dice:
"Yo he vencido al mundo." Su batalla fue mucho más severa que la mía. Yo todavía no
he resistido hasta la muerte. ¿Por qué no tendría esperanza de vencer? Alma mía,
observa que el enemigo ha sido vencido una vez. Yo lucho contra un enemigo
derrotado. Oh mundo, Jesús ya te ha vencido; y en mí, por Su gracia, te vencerá otra
vez. Por tanto, tengo buen ánimo, y entono himnos a mi Señor vencedor.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román